No pasa un día en que no
coloreemos nuestras conversaciones con ellas, las frases hechas. Podemos definirlas de la siguiente manera: son unidades
fraseológicas que forman una oración o un enunciado (modismos verbales) cuyo significado no se puede deducir interpretando las palabras que la forman. Todos
los idiomas tienen las suyas pero, modestamente, los españoles ganamos por
goleada y hasta que no se demuestre lo contrario. ¡Faltaría más! Las hay de
todo tipo y para todos los gustos y ocasiones. Vamos a intentar hacer una
clasificación de las más comunes aportando unos cuantos ejemplos:
Usos, costumbres, tradiciones y
supersticiones:
Si un día nos levantamos
con el pie izquierdo, sintiéndolo mucho las cosas no van a ir por buen
camino y casi todo lo que hagamos se nos va a atragantar. Claro que, como a
cada cerdo le llega su San Martín, puede ser que, si por nuestro mal despertar
le fastidiamos la jornada a alguien, este nos devuelva la jugarreta (a veces
hasta con creces) por una cuestión de justicia.
Otras: Descubrise
el pastel. Dorar la píldora. Cortar el
bacalao. Estar en capilla. Ir de tiros largos. Despedirse a la francesa. En
todas partes cuecen habas. Meterse en camisas de once varas.
El cuerpo
humano y las funciones fisiológicas:
Las frases hechas de este apartado son, quizás, las de
uso más vigente y gozan de gran popularidad. Tal vez porque el cuerpo es algo
que nos acompaña siempre a todos los lados, nos olvidemos menos de él. El
estudiante de español las suele aprender con cierta facilidad y, además, se
suele divertir usándolas. Las personas que hablan
por los codos tienen cierta tendencia a no
tener pelos en la lengua y no es de extrañar que, aunque nos pongan verdes a nuestras espaldas,
nos recomienden vivamente sentar la
cabeza por nuestro bien (¡y porque nos quieren mucho!).
Otras: No
alcanzarse el culo con las manos. Tener la cabeza sobre los hombros. Ser el
ojito derecho. Tocarse las narices. No tener pelos en la lengua. Tener pelos en
el corazón. No tener dos dedos de frente. Cambiar el agua a las aceitunas.
Poner un huevo. Tener un nudo en la garganta.
Los toros:
¿En qué otro país del mundo podrían usarse sino en
este? Las referencias al mundo taurino en nuestras frases hechas son tan
naturales como chuparse los dedos después de comer una ración de gambas a la
plancha (por mucho que el protocolo de las buenas maneras diga lo contrario).
Que nadie se ría: hay días en los que muchos estudiantes de español prefieren
hacer novillos antes que quedarse varias horas encerrados en las aulas. “Otra
forma de aprender”, dirían aquellos profesores con más mano izquierda.
Otras: Estar
para el arrastre . Echar un capote. Saltarse algo a la torera. Cortarse
la coleta. Ver los toros desde la
barrera.
JUEGO DE NIÑOS (test para hablar como los grandes)
JUEGO DE NIÑOS (test para hablar como los grandes)
¡Qué colorido es nuestro idioma! Me encanta el blog :)
ResponderEliminarUna muy buena idea para que los estudiantes de ELE se acerquen al idioma por su lado más pintoresco.
Roxana
¡Muchas gracias Roxana! Has captado bien la idea de lo que pretendo: que los alumnos (¡o cualquiera!) pueda tener algún recurso más en su vocabulario cotidiano para acercarse a la realidad de los hablantes de español. Ojalá que también las personas de "al otro lado del charco" se animen a dejar contribuciones transoceánicas para enriquecer el contenido de este blog.
Eliminar¡Un beso!
Querida Mari: solo decirte ENHORABUENA porque te está quedando de vicio. Y que tu esfuerzo se verá recompensado. Seguro. ¡¡¡Animo!!!. Prometo seguir leyendo
ResponderEliminarLo prometido es deuda, ¿eh? Comprobaré lo que dices viendo si has hecho los test ("Juego de niños"). ;-)
Eliminar¡UN BESO Y MILLONES DE GRACIAS!